Abeloski

Opinión y Data cada día

miércoles, 3 de septiembre de 2025

González y los alcaldes frente al narco

Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos, advirtió a México que en las próximas horas viajará a Ecuador, en medio de una coyuntura política marcada por acusaciones explosivas. El anuncio llega casi al mismo tiempo que se conoció el ataque a un barco cargado de drogas en la costa de Venezuela, con rumbo a Estados Unidos. El hecho reaviva la narrativa de que los carteles no solo mueven toneladas de cocaína, sino que también trazan líneas de poder que terminan golpeando directamente a los sistemas políticos de la región.


En este ambiente convulso, las declaraciones atribuidas al Cártel de los Soles sacudieron la política ecuatoriana al insinuar que parte de la campaña presidencial de Luisa González, excandidata de la Revolución Ciudadana, pudo haber recibido financiamiento ilícito. La acusación no es un simple rumor: conecta con una trama mayor donde la droga, la política y la geopolítica se entrecruzan peligrosamente.


González, como era previsible, salió al frente para defender lo suyo: la legitimidad de su candidatura y la credibilidad del movimiento político al que pertenece. Su discurso busca blindar la idea de que las insinuaciones son maniobras para desprestigiar a la Revolución Ciudadana. Así, pone por delante la lealtad partidaria y la preservación del capital simbólico de su agrupación, aun cuando la opinión pública exige respuestas más concretas.


En contraste, los alcaldes de Guayaquil, Quito y Cuenca —también cercanos a la Revolución Ciudadana— han optado por un tono distinto. Sus declaraciones se alinean más con la necesidad de cuidar la imagen institucional de sus ciudades que con defender a rajatabla a la ex candidata. Ellos saben que su capital político ya no depende de un proceso electoral sino de su capacidad de transmitir estabilidad y orden en medio de la crisis.


La diferencia de enfoques revela dos prioridades. González, que perdió las elecciones, sigue defendiendo el partido como plataforma de poder. Los alcaldes, que ya conquistaron sus cargos, entienden que lo que está en juego es su propia gobernabilidad local. El riesgo de quedar asociados a una narrativa de narcofinanciamiento podría afectar su relación con ciudadanos, empresarios y organismos de control, actores de los que dependen en el día a día.


En los matices se ve con claridad esta brecha. Mientras González insiste en denunciar conspiraciones y exige respeto al proceso democrático, los alcaldes subrayan la importancia de la transparencia y del deslinde de responsabilidades. Es un lenguaje de supervivencia: la ex candidata protege a su movimiento, los alcaldes se protegen a sí mismos.


La situación expone a la Revolución Ciudadana a un dilema mayor: respaldar sin fisuras a González o permitir que sus alcaldes marquen distancia para sostener la legitimidad en sus ciudades. En cualquier caso, se abre un espacio de tensión interna donde las agendas nacionales y locales pueden chocar con fuerza, debilitando la cohesión del partido.


En conclusión, lo que se vive hoy no es solo un eco de las palabras del Cártel de los Soles ni del ataque a un barco cargado de drogas en la costa venezolana. La verdadera discusión para los alcaldes debía ser otra: cuando se combata el narcotráfico en Venezuela, las rutas se desplazarán y el tráfico de drogas buscará otros puertos. Guayaquil ya es hoy uno de los principales puntos de salida hacia Europa y Estados Unidos, lo que hace que su seguridad y economía portuaria sean esenciales para la gobernabilidad local. Además, si el Cártel de los Soles continúa financiando y apoyando campañas de izquierda en la región, Estados Unidos pierde capacidad de control geopolítico; por el contrario, si logra mantener al cartel a raya, su influencia regional disminuye. Esta realidad no solo condiciona la seguridad ciudadana y la economía portuaria, sino también la posición estratégica de Ecuador y la capacidad de sus alcaldes para gobernar con legitimidad. Ignorarla sería una vulnerabilidad que ningún líder local puede permitirse.

martes, 2 de septiembre de 2025

Rubio y Noboa frente a Ecuador

El 2 de septiembre, Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos, llegará a Quito para reunirse con el presidente Daniel Noboa.  La fecha marca un punto de partida diplomático crucial, pues refleja no solo la intención de fortalecer la cooperación bilateral, sino también la necesidad de abordar de manera urgente los problemas que atraviesa Ecuador en materia de seguridad, narcotráfico, migración y economía.  El encuentro no es casual: se da en un momento en el que el país se ha convertido en un nodo clave para los intereses de Washington en la región. 

El primer gran tema sobre la mesa será el combate a los cárteles de narcotráfico.  Ecuador, tradicionalmente visto como país de tránsito, hoy es protagonista de una crisis que rebasa sus fronteras.  En 2024, las autoridades ecuatorianas incautaron un total de 294,61 toneladas de drogas, de las cuales 277 toneladas estaban destinadas al tráfico internacional, principalmente hacia Estados Unidos y Europa  .

La principal producción ilícita que atraviesa Ecuador sigue siendo la cocaína.  Aunque no se cultiva de manera significativa en territorio nacional, su vecino Colombia sigue siendo el mayor productor mundial, con unas 1.700 toneladas anuales según la ONU.  El resultado es que miles de kilos llegan cada año a los puertos ecuatorianos.  Guayaquil y Esmeraldas concentran gran parte del tráfico marítimo, con buques que transportan la droga oculta en contenedores comerciales.  Al mismo tiempo, el país enfrenta un nuevo fenómeno: el paso del fentanilo. 

El fentanilo es una droga sintética mucho más letal que la cocaína, producida en laboratorios clandestinos con precursores químicos provenientes de Asia.  Aunque no existen cifras oficiales precisas sobre la producción o decomiso de fentanilo en Ecuador, el país ha sido identificado por autoridades estadounidenses como una zona de tránsito para esta droga hacia México y Estados Unidos  . En 2024, la DEA incautó más de 36.940 libras (aproximadamente 16.750 kg) de fentanilo en operaciones dentro de Estados Unidos, aunque no se especifica cuánto de esta droga provino directamente de Ecuador  .

El análisis no puede quedar solo en el lado operativo del narcotráfico.  El fentanilo no requiere grandes plantaciones ni cadenas agrícolas.  Con apenas un kilo de polvo se pueden elaborar hasta medio millón de dosis, lo que multiplica la rentabilidad del negocio y dificulta su control.  En 2024, la DEA alertó de un aumento de cargamentos provenientes de Sudamérica, donde Ecuador es utilizado como escala para su transporte  .

Otro eje del encuentro será la influencia de China en América Latina.  Estados Unidos observa con preocupación cómo el gigante asiático ha aumentado su presencia en infraestructura, energía y financiamiento.  En el caso ecuatoriano, la deuda con China supera los 4.000 millones de dólares, buena parte ligada a megaproyectos energéticos como Coca Codo Sinclair.  Desde Washington, esa relación es vista como un riesgo estratégico, y Rubio buscará persuadir a Noboa de priorizar la cooperación con EE.UU. frente al peso económico de Pekín. 

El tema migratorio también ocupará espacio en la conversación.  Ecuador vive una crisis silenciosa: en 2024 más de 115.000 ecuatorianos fueron detenidos en la frontera sur de Estados Unidos, según la CBP, cifra récord para el país.  Además, su territorio se ha convertido en corredor para migrantes de otras naciones como Venezuela, Haití y Senegal, que cruzan desde Colombia hacia Centroamérica.  Esta migración irregular no solo refleja la desesperación social, sino que también genera tensiones diplomáticas que Rubio intentará encarar con acuerdos de control y retorno. 

La dimensión económica será el cuarto pilar de la agenda.  Estados Unidos sabe que la violencia y la inestabilidad tienen como trasfondo una economía debilitada, con un crecimiento apenas superior al 1% en 2024.  El impulso al desarrollo será fundamental: inversión, comercio y generación de empleo son piezas que Washington puede ofrecer como contrapeso a la influencia china.  Noboa, que todavía construye su liderazgo, necesita demostrar que de estas reuniones no solo nacen compromisos de seguridad, sino también oportunidades concretas para mejorar la vida de la población. 

El encuentro Rubio–Noboa, en suma, será más que un gesto diplomático.  Representa un cruce de caminos: Ecuador se encuentra atrapado entre la presión de los cárteles, la amenaza de nuevas drogas sintéticas, la influencia china y la ola migratoria.  La visita del secretario de Estado norteamericano confirma que el país ha dejado de ser un actor periférico y ahora es pieza central en el tablero regional.  Lo que se decida en Quito tendrá repercusiones más allá de las fronteras. 

lunes, 1 de septiembre de 2025

Ecuador: periodistas asesinados sin justicia

En Ecuador, la violencia contra periodistas y comunicadores se ha intensificado con fuerza en los últimos años. Casos recientes como el asesinato de Pablo Ronald Farías, locutor de radio en El Carmen el 30 de agosto de 2025; el de Xavier Ramos, colaborador de El Universo en Guayaquil el 21 de agosto de ese mismo año; y el de Patricio Aguilar, director del periódico comunitario El Libertador en Quinindé el 4 de marzo, reflejan una dinámica de ataques mortales contra quienes difunden información en un país atravesado por el narcotráfico y el crimen organizado.

La muerte del periodista y candidato presidencial Fernando Villavicencio en 2023 fue un punto de inflexión. Su asesinato demostró hasta qué punto los grupos criminales podían atentar contra voces críticas sin temor a consecuencias. Ese mismo año, se registraron 224 agresiones contra comunicadores, un aumento del 870 % respecto a 2020, y al menos 11 periodistas tuvieron que exiliarse para proteger su vida.

Hasta hace pocos años, estos crímenes eran inusuales en Ecuador. El asesinato más recordado era el del equipo de El Comercio en 2018, secuestrado y ejecutado en la frontera con Colombia. Sin embargo, desde 2022, la violencia escaló al ritmo de la expansión del narcotráfico: la tasa de homicidios subió de 7,8 por cada 100.000 habitantes en 2020 a más de 40 en 2023, haciendo del país uno de los más violentos de la región y situando a los periodistas como blancos cada vez más vulnerables.

La impunidad se ha convertido en un factor central. Ninguno de los asesinatos de periodistas ha sido plenamente resuelto en los tribunales ecuatorianos. Esta falta de justicia convierte los crímenes en “rentables”: cada muerte detiene investigaciones, intimida a otros comunicadores y protege los vínculos entre el crimen organizado y actores del poder político.

El espejo más cercano es México, donde más de 100 periodistas han sido asesinados desde el año 2000 y la impunidad supera el 95 %. En regiones dominadas por carteles, silenciar comunicadores forma parte de la estrategia criminal para controlar el relato público. Ecuador parece avanzar por la misma senda: los asesinatos no traen consecuencias judiciales y generan el silencio buscado por los grupos armados.

Italia ofrece un contraste. Allí, la mafia asesinó a periodistas como Giuseppe Fava y Giancarlo Siani en los años ochenta. Pero tras el asesinato de los jueces Falcone y Borsellino en 1992, el Estado reaccionó con fuerza: creó tribunales especializados, fortaleció la protección a testigos y estableció medidas de seguridad para reporteros amenazados. Desde 1993, no se han registrado asesinatos de periodistas a manos de la mafia.

Actualmente, alrededor de 20 periodistas italianos viven bajo protección policial permanente. Esa política cambió la ecuación: los grupos criminales entendieron que cada ataque contra comunicadores traía consigo una fuerte respuesta judicial y social que ponía en riesgo sus operaciones. En Ecuador, por el contrario, no existe un programa nacional de protección y las investigaciones rara vez llegan hasta los autores intelectuales.

La conclusión es clara: Ecuador necesita con urgencia un sistema integral de protección para periodistas y comunicadores, así como una justicia independiente capaz de enfrentar a los responsables. Mientras el narcotráfico siga incrustado en el Estado y la impunidad sea la norma, asesinar periodistas o locutores seguirá siendo un negocio rentable para quienes temen la verdad.

sábado, 15 de noviembre de 2014

No nací en Ayotzinapa pero me duelen sus 43 estudiantes normalistas

No nací en Ayotzinapa pero me duelen sus 43 estudiantes normalistas. Leí que fueron quemados en una pira, luego de ser abatidos por la policía y mutilados por Guerreros Unidos. Entre ellos, Everardo, Jorge Luis, Marco… Pero no los desaparecieron; sus cenizas ya volaron y están por todos lados. En 15 horas no se quema un sueño, una tierra no delimita el dolor ajeno, este grito ahora es un lugar común. Una sola voz se propaga, desde las gargantas de Leonel, de Julio César, de Miguel Ángel, de Joshvani.
No conocí a Abelardo, a Christian Tomas, a Saúl o a Jorge Antonio, y sin embargo mi sangre desemboca en ese río de calabacitas –en Náhualt– donde caminaban a diario. Me duele el dolor de Abel, de Felipe, de Jonas, de Jorge Álvarez al ser desollados. Jorge Aníbal estaba como muerto, al igual que Carlos, entre todos los cuerpos que ahora cobijan una sola sangre. Emiliano es nuestro muerto. Adán es nuestro muerto. Cutberto es nuestro muerto. Luis también es nuestro muerto.
No soy un normalista, como lo era Antonio, Giovanni, o Jesús, pero soñamos igual. Somos un atisbo en el viento, una flor remojada en agua bendita, una piedra rompiéndose en un peñasco. Y aquí está mi garganta para arrojar una súplica de justicia. Julio, no te olvidamos. Martín, no te olvidamos. Magdaleno, Marcial no te olvidamos.
Jamás subí a un bus con José Luis, o con Mauricio, pero los siento cercanos, en una llaga sin relojes, en el mismo llanto, en las mismas cuencas desabitadas de sus ojos. José Ángel, Miguel, Israel Caballero, aquí están mis ojos para llorar su dolor, que ahora es la patria de todos nosotros.
Los mafiosos están enquistados en esa rancia política. Dicen que son más de 150 mil, desde el 2006, las víctimas del narcotráfico. Israel Jacinto fue uno de ellos, también Benjamín y José.
Nunca estudié en la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Dorian, de César, de Christian Alfonso pero desde esta silla me imagino en sus pupitres y la angustia es de todos. Lloramos la muerte de Carlos, de Luis Ángel y de Alexander también. La fosa común se llama olvido, y no los olvidamos. Los lloramos todos los días. Exigimos una política pública mexicana alejada de los grupos narcotraficantes. Demandamos una política de reducción de daños de drogas, que cause menos dolor que el que causa la caduca política antidrogas. No nacimos en Ayotzinapa, pero cada estudiante nos duele como si fuera nuestro.

sábado, 11 de octubre de 2014

EL HIMNO NACIONAL

Un lunes por la mañana en el colegio Dominga Paredes de Adoum, el ambiente es frío a pesar del nacionalismo que calienta los corazones de los estudiantes al cantar el himno nacional, del humo del tripamishi que golpea los vientres congelados de los perros vagabundos, del lodo cobijando las botas de profesores que se entremezclan con sus piernas en una argamasa de caminantes errantes. El corazón es un meteorito en la Antártida. La bandera enarbolada es sólo un señuelo para una muestra de amor.
Todos los profesores deben salir de la oficina central –o de su oficina personal, si es un docente destacado– para dar alaridos de náufrago, simulando lo más parecido el canto fervoroso hacia un prócer de la patria. De pronto, entre el ruido del cántico general, se pierde un pequeño forcejeo de la puerta con tranca del rectorado, donde se proyecta a todo el colegio el himno nacional.
–Marcos, no seas tan cabrón –murmulla Antonio debajo de la mesita del proyector de sonido–. No les voy a cortar el himno nacional por mi súplica de amor. Deja que se termine la primera estrofa aunque sea. Los dos serán cánticos de amor.
–Pero no te vayas a ahuevar como siempre –dice Marcos con los ojos casi salidos de sus órbitas por el esfuerzo que hizo para sacar la tranca de la puerta–.
«Levantando la muerte hasta el golfo, con las botas ensangrentadas, don Adolfo» se escucha desde los desvencijados altavoces del balcón del rectorado que colinda con el patio. Nadie se pregunta quién será don Adolfo ni de qué golfo hablará el himno. Como si no fuera bien sabido que todos los cantos épicos son un enjambre de chauvinismo y sangre; un sinsentido. Y ahí están: todos los alumnos con la mano izquierda reposada en el pecho, como si no supiesen que el corazón está en el otro lado, cantan a todo pulmón ese himno desde el gran charco de lodo en el centro del patio.
Abruptamente se corta el himno, hay interferencia, golpes en el micrófono, caras de confusión entre los profesores y caras ávidas de novedad entre los estudiantes. Suena la voz de puberto enamorado de Antonio:
–Maestra Laura, usted nos ha enseñado que el corazón está en nuestro pecho, es cierto. Reprobé en el exámen porque marqué que era falso, es cierto. ¿Acaso no se da cuenta? Mi corazón ya no me pertenece, no está en mi pecho, está en su…
–Cabroncito, ya córtala o nos la van a cortar a nosotros –dice Marcos sin importar que lo que dijese se escucharía en los altavoces–. Era un «Te amo, Laura», no un lamento boliviano.
La licenciada Laura del Pozo está tan sonrojada no por el piropo del alumno, sino porque ya tiene los achaques de la menopausia. A veces le dan sofocaciones que se juntan con asuntos inesperados como este. Ya no le caben más ojeras en el rostro cansado que tiene ojeras dentro las ojeras. Es un manojo de llanto en silencio que se advierte en sus ojos. ¿Cómo llorar si no es en el himno nacional? Ahí los lamentos se fundirían y pasarían desapercibidos. Ella suspira en el ambiente:
–Debe ser Antonio y sus locuras…
Un conseje que estaba cerca de la profesora alcanza a escuchar el nombre de Antonio y salta despavorido hacia donde se emite el himno todos los lunes por la mañana.
–¡Antonio y sus locuras –exclama el conserje–! ¡Antonio y una mano que le rompe el rostro! ¡Antonio y su camiseta ensangrentada!
La profesora Laura sabía que no le era indiferente al conserje que parecía que todo le daba asco: los niños sucios, las aulas sucias, los pasillos sucios. Es tan irónico como otras cosas en la escuela. Ahí va el conserje con el grito de guerra en la garganta para salvar a su amada de un mocoso. Antonio y Marcos han escuchado los gritos del conserje. Se sobresaltan, no saben qué hacer con el micrófono ni con sus vidas, y comentan entre ellos:
–Grita su nombre –dice Antonio– para causar confusión.
Marcos lo queda viendo atónito, pensando que el amor a su compañero de clases, a su sabandija de confianza, a su compinche de malos amores, era sincero como la pobre bandera en manos del abanderado. Todos saben que el gordo con gafas de culo de botella que funge de abanderado le pega a su abuelita cuando no le da dinero para comprar las láminas educativas en el bazar para ser el primero en la clase. Es que esa ansia febril por ser el primero menoscaba la idea de ser cada día mejores, mejores que nosotros mismos, no mejores que los otros.
–¡Te amo Laura –grita Marcos por el micrófono y salen en estampida–!
La profesora Laura reconoce la voz de Marcos y sólo sonríe. Cuando los chicos se enamoran no piensan en otra cosa que no sea en eso. Antonio piensa en eso y también piensa que el conviviente de la profesora Laura la maltrata. Es un albañil con mal aspecto, ojos rasgados, cara rasgada, brazos rasgados por el rudimentario trabajo y una camisa tan sucia que pareciera la única los lunes cuando la acompaña hasta la puerta de la entrada. Las sospechas de Antonio surgen el día en que la profesora Laura vino con un morado en el pómulo argumentando que estaba en clases de boxeo. Antonio sabe que la profesora es tan floja que no hace el mínimo esfuerzo físico. Sabe que vive a pocas cuadras del colegio y sin embargo toma un bus que la deja en frente. Antonio cree que la profesora se podría ir a vivir con él y la mamá, que veinte años de diferencia no son nada. Antonio mismo tiene casi veinte años y cree que sin la profesora no ha vivido nada. Luego se pregunta en voz alta:
–¿Y si la profesora Laura lo que quiere es –se dice especulando– un obrero; un albañil con la mano tosca que sepa acariciar en momentos donde pide la taza de azúcar en la mesa, una mano tosca que sepa acariciar cuando hace calor pero frío en el alma, una mano tosca que sepa acariciar a un animal de la calle delante de ella para simular que es una persona altruista?
Antonio pone sus manos en el piso y mira a Marcos diciendo:
–Cárgame a modo de carretilla, cabroncito. Nos vamos de acá.
Marcos levanta del piso las piernas de Antonio y salen a toda carrera por el pasillo donde los espera el conserje enamorado.
FIN

miércoles, 25 de junio de 2014

Andrés Villalba Becdach II

Lo caótico nos envuelve desde los primeras páginas de este último libro de Andrés Villalba Becdach, cuando –con una bofetada a nuestra quietud confortable– el poeta nos declara: “La vida es una canción de Madona cantada por Stephen Hawkings”. Salimos entonces desesperados a buscar entre los escombros de la poesía, que usa el lenguaje como artefacto.

Deseo, recuerdos, de las sillas vacías de sus abuelos, la pérdida de su tío Gato, alcohol y sexo, chuchaquis, coloquialismo quiteño. Todo esto se respira en este poemario. Se vive en el deseo, y como nos dice Shopenhauer: cuando se desea se sufre. Villalba nos envenena con amor, grita que hay que aprender a vivir en el sufrimiento y ver lo bello que hay en ello: en el fracaso, en la luna del chiro  que “es más bella”, que “la jaula es una bella opción”, en la confortable mentira.

La contradicción es recurrente, en sus aforismos, en sus imágenes, en los parafraseos de canciones , en sus conversaciones; en sus narraciones personales: con su confesión a los 12 años para sacar 10/20 en historia en un poema, y luego –en otro– en geografía. El pesimismo irradia su esplendor y dice: “Sobre esta cresta de alacranes en llamas está tu territorio, tu corona: mi catástrofe, mi muñeco erguido: en las palabras y cosas más simples la carga de belleza se duplica.”



Imán de vergantes

Bebo el agua que brota del reflejo trizado
aprendí a querer caballos de nieve que galopan
en mi hígado
tengo que avivar y exaltar la ceniza
soy el falo y el bolsillo del verdugo
            qué cruel
                                   comparto la ceniza tonta:
no para hacerme el bacán sino por lo aquelárrico
y delirante de la situación
es bello el naugrafio de lo perdido
                                   mira cómo se va el cometa
                       el cielo es mi globo pinchado
                       era verde
qué penita
                       otra vez la infancia

tres veces en la noche
sonaron las campanas
mientras mi Infancia
recorría
tierras extrañas.
Porque todavía mi Infancia
viene a buscarme
con un golpe en las piernas
y en sus labios
una sonrisa salvaje.

Si Lamborghini supiera el terrible daño que me hizo
my only psiquiatra punk

sacudo sus fetos de perro contra las paredes
de las habitaciones del encéfalo

lo esencial es que la leche se derrame a mares
anda gil y huele la leche que está regada
he comido penes así como a ti se te ha caído el pelo
                                                                                             cuentan
si hablo de libros crecen polillas en la lengua

ahora que Cerati reposa por el tristísimo accidente
cerebrovascular isquémico es que pienso como él:
el largo aullido del coma
peló cables por su adicción al sexo
                                               talento aupado por la trampa

con sed de prebístero en el templo ansiolítico
                                                                      soy mi peor amenaza
¿cuándo me dejas oler tu pupo atiborrado de periquita?
here’s a drink to your bones that this dog still
            dreams about


suicide career: mi lacerado galope académico me
niega
una catapulta
                                   un pez de oro
un pozo de petróleo
                                   una obsidiana
arde mi pozo séptico
                                   olvídate del otoño y las cruces
me conformo con las crisálidas en la galaxia
del pensamiento: sosegada incandescencia

con tanto extranjero dentro mío –hippies mugrientos
con ácaros– la enajencación progresiva
acuso de ignorancia atrevida: soy un bastión de
            derechos extraviados
me oprime la turbulencia del rostro en la memoria
gemidos que son gotas estalactitas leopardo quirópteros
en el techo del triste recuerdo de nuestra madriguera

exceso de estrujamiento: crecen canas de lo que pudo ser
seducirte es más difícil que matar un chancho
            a cachetadas
qué locura no he dejado de pensarte e invocar
            nuestro camal

recordé el bello poema de Sigüenza que te envié
después de nuestro primer revolcón
lo torcido siempre es diáfano
antes era fácil decir qué lejos qué asfalto
qué borrachera tan maravillosa:

Caballos

Las patas de los caballos
dan vueltas y vueltas
sobre el lodazal de la molienda
vueltas y vueltas
como en mi cabeza
tu ausencia

ha pasado el tiempo y la turbulencia se seca:
circunspecto el chapoteo de los caballos en el lodazal
secas ajadas y agrias
las fumetizas estelares y las sábanas perversas
explosivo mojado laxitud que seca el veneno alacrán
del templo del miembro: puro llanto

qué manera de huevear
he perdido la potestad del cuerpo y territorio once again
paz en los húmeros paisajes
                                                          qué abombe
la magnolia carcelaria de la alerta roja del deseo
confío en la andanada del quebranto
una oruga entre los dientes:
                                               tu sexo
fiera oruga
esto no es vida no es vida no es vida: canalillo la vida
me abrazo a ti como eal descarrío cigüeñal del
            mundo

extravío en la fascinación ruin de la carnicería
            temporal que me obnubila
hablo de pintar un cuadrito con las cenizas del
            del padre de Kafka
la perseverancia es el recurso de los insulsos
la desidia es el cordoncito para amarrar la boca
            del muerto
acá el motor está fallando: el lumbago que me tiene hasta
las cachas
pura acupuntura pero no tengo para pagar el médico
las facturas no tienen piedad

sorry something went wrong
we’re working on getting this fixed as soon as we can


con la vergüenza en el bolsillo y con la maldad solo
puedo dar míseros toques
–dame tu mail para poder ser amigos de facebook
y darte toques a morir–

la ofrenda de mis morados y marmóreos huevos de
avestruz
queda la deshilachada y el entuerto que soy ahora
                                                                      esto que hace de mis tripas
horcas impías
pavura es la bandera
soy un estropajo que busca
simepares finalines hidratantes
laceraciones de otro lanzamiento que fue un embauque
ensarte y cruz roja

embarque de botellas del naufragio pusilánime
no dejan amortiguar la espera uno llega y ya está viejito
el alba es más que un cuartel
duele el alambrado del día cuando pierdo las sandalias
tengo el mismo clavo con el que se cayó para siempre
mi tío Gato en el baño de la Carvajal
a diario el diáfano smog para los mirlos del corazón

eran otros tiempos se decían cosas bacanes:

me dicen maricón porque me acosté con tu mujer
que tiene cara de hombre

cormoranes que son ratas en litigio en la hondanada
cruel el cuerpo
es la espina de plata en el desierto del colchón
tengo tumores y protuberancias con nombre y apellido
abscesos parlantes
mi vida fue un bello circo de animales lisiados: sus huesos son mis muletas

qué capacidad única que tengo para atraer vergajos:
imán a ultranza
                       política irrestricta.

(De Soterramiento, de 2014)

viernes, 6 de junio de 2014

Agustín Guambo

El poeta quiteño Agustín Guambo comparte varios poemas, que estamos seguros que los leeremos junto a otros en forma de libro.


.iii.

caminábamos por el barrio chino de Lima El firmamento era una larga escama quebrándose sobre nuestras sombras cetáceos waskas aullaban sobre una ciudad prehistórica [peces negros naciéndole de los ojos] -you make me feel like a wild thing- Dije has pensado en el tawantinsuyu [el sol limpiaba el rostro a una larga avenida donde rotas personas transitaban] reíste cuanto te comente sobre si has considerado esas innumerables parejas de amantes haciendo el amor en secreto (la tribu escuchaba hablar al taita, mientras este consultaba el oráculo de coca, de como seres hechos de roca y pigmentos desconocidos atacarían nuestros alientos hasta volverlos hierba amarillenta) de su sudor bajo una luna joven y subacuática de cuántos orgasmos se quedarían adheridos a los árboles de cuánto semen se hundiría en los ríos que hoy alimentan la vía láctea en ese reino de rojo hielo donde no había moteles ni rincones oscuros y lo prohibido habitaba en toda la tierra Así franqueaba la noche -siglo XXII- el café se enfriaba el sexo iba floreciendo como nubes anunciando la tempestad y nosotros imaginábamos con qué frecuencia en el tawantinsuyu (mientras ballenas vomitaban almas tristes sobre cardumen hambriento) los amantes inventaban nuevos amaneceres sobre sus espaldas -you make me feel like a wild thing- Con qué frecuencia la espuma del mar emergía de sus ingles y se abatía sobre ciegas aves -you make me feel like a wild thing- La ciudad se iluminaba la veíamos eclosionar desde el cerro san cristóbal ella decía por cada cinco focos uno le pertenece a una pareja de amantes no como aquellos que pernoctan en tu país que parecen un mar a punto de sangrar sino amantes de verdad llenos de sed llenos de lluvia -sonreíamos- la ciudad resucitaba como aquel ángel al que dios le ha dado una nueva condena  -you make me feel like a wild thing- y Lima nos comenzó a doler Nos dolió como aquella costra que uno se gana en la niñez Nos dolió Lima y su cielo Lima y su mar canino Lima y su aire oscilantemente gris y nos abrazamos [luz y sonido congestionándose en los poros] esperando este u otro reino… Lima you make me feel like a wild thing

.iii.

la noche crece como un tumor  -sonríe rojo en las entrañas de la ciudad- mis manos se hunden en tu sangre en busca de mi sangre la ceniza corre por el desierto que sembraste en mis dedos no eras nada entre sus dientes la ceniza es un rinoceronte que lame los otoños de sus labios el sonido de nuestros cuerpos que brotando de nuestros capilares penden bajo helechos de viejas estrellas ¡Ahí está la ciudad de mis padres! ¡Ahí agonizan los mismos como ofrendas al polvo! Nadie me rescatará [De este perro solo las pulgas se acuerdan] !Ahí la ciudad¡ Ahí donde duerme ese lago de aceite los líquenes se agrietan en medio de los cráneos gritando mí nombre Es hermoso ver la nostalgia de los árboles crecer Es hermoso no entender el lenguaje de los árboles que enreda a vivos y muertos (camino a jirón quilca en busca de varios instrumentos para la memoria pronunciaste el salmo del abandono y construiste un barco sobre el tiempo) ash shall be thy name
alucinación de aves llanto joven en el espejo de los ángeles así ame tu ciudad de párpados quejumbrosos y heladas costillas rotas en medio del cual crecen centenares de ebrios que no conocen el mar y les revelé mis manos que no conocen tus pesadillas y lloraron conmigo en tanto que veíamos el hospicio derrumbándose bajo el sol de mediodía y gritábamos aún somos jóvenes aún podemos conseguir más locura más desesperación más llanto hervía el cielo [la ceniza será tu nombre] y nosotros buscando gaviotas de barro un pedazo de lagrima que nos entierre los nervios y recordamos el mar que un día nos brindó su laberinto eterno pero ya era tarde debíamos volver cada uno a la ceniza del otro cada uno a su propia sangre 
ash shall be thy name
ash shall be thy name No la verdad no conocía los caballos un día ella los trajo en medio del cuenco de sus manos posándolos frente a mis pies los nombró -dijo estos son los hijos del viento cuídate de ellos y de sus sombras olvídate de las aves de los árboles estos son los hijos del viento (jirón quilca quedó atrás derritiéndose  mientras caminábamos a jesús maría nombraste las estrellas que asumirían tu color y tu música te arraigaste en la armonía del polvo) acaricie sus lomos crispados y verdes -ella sonreía y miraba la tormenta silenciosa e inmutable- le dije puedo conservar alguno y ella los acercó a su lengua y los volvió arena que hundió en sus labios ash shall be thy name
Imagina la noche crecer en tu ombligo -Yo bebo de él- Imagina La noche crecer en tu ombligo -Yo habito en él- Imagina la noche crecer en tu ombligo 
Me da miedo mi propia sombra 
[Un perro corre] Una bala se ahoga en la saliva de la noche Mutarás en tu propia soledad después de que entiendas que las estrellas son las últimas vertebras que se pudren de la columna de dios Yo soy la noche que crece debajo de la profecía De los gritos y vengo 
a ti
 ash shall be thy name (siglloXIII, esperemos que Lima y Quito sigan de pie 
(los escombros formarían un bello ingapirka/machupicchu moderno) y que aún se hable de las mandrágoras y del olor a sucio de sus habitantes cuando adquirían el vicio del amor) no tuvimos suficiente suerte esta noche beiby navega tu sangre en mi lengua el calor de la noche crece dentro de mis pupilas allá va ella sentada en la última fila del bus que condena al otro al destierro en su propia piel no tuvimos suerte esta noche beiby no digamos buenas noches 
el desierto habita en mí –¿lo sabes? 
los coyotes son mi sangre -¡lo sabes!- 
el marfil del cosmos quemándose en silencio…
 …  ash shall be thy name

lunes, 26 de mayo de 2014

Marcos Rivadeneira (2014)

En este libro el poeta Rivadeneira retrata el vivir y el morir en un mismo cajón, donde hacen una simbiosis perfecta sin la angustia acostumbrada; conviven en calma aunque aclara que "se huye de la muerte toda la vida". Es una carrera donde siempre se llega a la meta, y por lo tanto, la muerte no es más que la apertura a una nueva vida, son dos hermanos que danzan y cantan, con la esencia del mito egipcio de Osiris y Seth.

Permanece la vida en la muerte, permanece la muerte en la vida. Y "los olores del cacao prometen vida más allá / […] para que ellos carguen en su hombro / el tatuaje de nuestros nombres".


había música en el fondo,
siempre alguien se desgañita intentando a Silvio.
se huye de la muerte toda la vida 
para llegar a ella con los ultimos esfuerzos
y a la carrera.


¿te gusta la música?

yo siempre esperé tu canto
esa canción que tanto me gusta,
esa, del Polaco Goyeneche
que tú mismo me enseñaste,
por eso cuando vino Lucrecia
vestida de una puta maravillosa
y cantó tu canción,
(sólo yo lo sabía)
me enamoré de ella.
no con ese amor
tan común en la gente,
sino con el musical
que ningún fruto llega a discernir.
ese, como el corazón de una pera,
con semillas danzando alrededor de un motivo.

*

¿dónde se guarda el amor
sino en corazones ajenos?

y vamos repartiéndonos entre los otros
para encontrarnos con que somos
lo que hemos hecho
de los otros.

así seremos.

subimos río arriba buscando el origen
sendero de agua con ripio de vegetación profusa, azul de tanto verde,
después el silencio.

*

entonces podremos cargar el cadáver

del amor amortajado
con girones de banderas.
féretro iluminado
en la espalda del moribundo
cargando las herencias
de los cuerpos legendarios.

cuando le muerto se convierte en desesperanza,
se estrellan las ramas de los árboles
contra el céfiro,
y en decidido afán de abandono,
las hojas se fugan
en los matrimonios disueltos.

*


Hermano Sol, Hermana Muerte (2014)

lunes, 7 de abril de 2014

Ernesto Carrión II

La Novela de Dios se centra en la pareja de Frida Kalho y Diego Rivera desde un lenguaje filosófico-poético utilizando el neobarroco con tono científico: "Él ha querido escribir un libro donde Dios pertenezca a la desintegración molecular, al mismo tiempo que al amor y a su vacío". Exalta el todo en la nada, la búsqueda del amor en aquello que es visto como una "desintegración molecular", el vacío. Cuestiona para dejar ver la oscuridad desde el oficio del novelista, que lo define como "No-velista". La realidad no es más que causalidad y Carrión escribe sin reservas que su obra fue hecha gracias a los libros que leyó, a su experiencia con su gente, a toda la tristeza, despojando del libro su nombre.


[IV]
Sexo, preso, asesto, meto, incendio, ofrezco, violo, acaparo, reparo, tomo, destruyo y devuelvo, escupo todo mi miembro dentro del hueso de la vida muerta. ¿Vas a decir que esto no soy yo gritando? ¿Que escribes tú mis palabras? ¿Que organizas mi diálogo con todo el reciclado de un pésimo documental y mi diario privado? Frida, risa, tiza, brisa, ceniza y remodelación. Frida, friso, rizo, atisbo, pérdida y fascinación. Vuelvo de un cavernario que sin valor vuelve a la tierra atando mis caderas. Mi Dios es la majadería entre el colmillo y el niño Mi Dios son estos celos; y mi Dios es celoso.
A cada quien su porción de fantasma con sus manitas gordas como dos elefantes esperando bajo una tormenta. ¿Y esto soy yo gritando? Y esto soy yo gritando. Y esto soy yo gritando: lápiz, papel, tijera, goma, cerro, canción, montón, oración, botón, muerte, muerte, muerte, mencióname como si una terrible oscuridad cayera sobre mí al decir tu nombre: muerte. Quítame este dolor: oveja del sexo opuesto ábrete entera, magulla mi pensamiento, mi pedazo de mejilla en tu rojo mango. Yo tengo la piel caliente y los orificios abotonados para que nadie me penetre y se se robe mi cuerpo. La gran cicatriz que soy como una enorme vagina echada sobre la cama sin cortarme el pelo.
"Frida" –dice el viento pero yo no respondo.
Soy una cicatriz echada sobre la cama.
El mundo en llamas.
"Frida" –me dice el coro de los ángeles que son los tallos desnudos de los montones vacíos, pero yo no respondo.
Soy una cicatriz echada sobre la cama.
El mundo en llamas.
"Frida" –me dice el agujero negro del tiempo, su cuerpo elástico encima de las ondas magnéticas, pero yo no respondo.
Soy una cicatriz echada sobre la cama.
El mundo en llamas.
"Diego" –me dicen– como llamándome a mí misma a través de mi muerte y entonces sí respondo. Digo: "mándenme  lo que sea que aquí habita el suicidio y el amor arcano". "Diego" –me gritan más fuerte– y la cicatriz que soy se tuerce en mil flores.
Tengo su verga en mi mano
(ápoles
salvajes)
manzanas de cualquier lado,
y chilla como un pez el narrador de este libro que escondía su sonido entre los orificios de las luces como una flauta de palo. Diego si pinta a Dios se pinta a él mismo. Y esa virilidad es carnicera. Y esa totalidad es apostólica.
Y más allá el futuro abre su pico hermoso.
Cuenta el narrador –Dios y Diego fundidos– que el mundo es siempre joven:
La galaxia es una extensión de la pretensión del amor de hacernos uno. Verde que te quiero Lorca. Y esa virilidad espacial (abrigo de todas las razas, cielo de todas las hembras, fanal de todos los machos) raja los tiempos. Sin embargo el mundo es siempre joven. El mundo siempre será joven mientras gente joven está asumiendo los roles participativos de la vida. El control de la sociedad. Las plazas de trabajo. Arrastrando consigo mismo la cabeza de la tiranía hasta los labios rojos de la pubertad hiriente. El mundo no envejece, solo sacude su cabello perverso sobre el hombro de los que pasamos sin sentirlo. El mundo no envejece: se arrastra, salva vidas, hiere en lo más hondo, asalta enormes bancos de conciencias. El mundo no envejece.
soy húmeda vela en llamas contra la osadía.

Londres, 12 de agosto de 1943

Querido Thomas Stearns:

Hay una sobredosis de aves en una tarde muerta sobre tu cabeza blanca atornillada a su bulto. La interrogación es una verdad en sí misma. Ella te dice:
Yo soy una verdad en mí misma.
Yo, la interrogación, ya soy una verdad sin respuesta.
El que interroga encuentra un mundo de posibilidades. Y el que interroga el mundo se vuelve un hacedor de posibilidades ardiendo. Querida posibilidad, querida muerte, el bulto de nuestra vida desmayado entre sombras vive buscando.
La pregunta no es nacía es inquisitiva.
La pregunta no es necia es inquisitiva.
La pregunta –repito– es inquisitiva.
Querida posibilidad, tenemos miedo.
Un frívolo descubre que estaba despedazado. Que en el lenguaje sólo hay imágenes en movimiento. Este frívolo busca coserse. Es Frívolo, es puro hierro y pura habladuría. Frívolo no existe. Frívolo es frívolo porque ya pasó muchos años, detrás de las palabras, esperando la fama.
Ay de la poesía que en la Nada nada.
Yo, la interrogación, soy una mentira en mí misma.
Ay de la poesía que encierra en sí misma su verdad absoluta:
Nadie hay en el fondo de las palabras. Nada ahí en el fondo de las palabras.

Siempre tuyo,
El Átomo de Cesio

(De Novela de Dios, 2013)


lunes, 24 de marzo de 2014

Iván Carvajal

El poeta Javier Ponce Cevallos –actual ministro de agricultura– describe el 28 de diciembre de 1997, en Diario Hoy, a "Inventando a Lennon", de Iván Carvajal, la "belleza única" en sus versos. El hermetismo, la narrativa fragmentaria, la teatralización del mundo "sobre un espejo sin fondo", lo que a veces parece indescifrable motiva al lector a interpretar, a encontrar las conexiones entre las palabras.
El aire, el perfume, el barro, están presentes en los poemas como el soplo poético que yace en sus fauces, con un amalgamado conjunto de imágenes dislocadas. Su ánimo de desentrañar el homicidio de Jhon Lennon lo lleva a cuestionarse sobre lo efímero del ser: "… Yesca el espíritu,/ ¿y el cuerpo, algo más que estopa?", un último estertor: "¿Quién pone sus labios tan cerca de mi rostro y/ murmura una canción de cuna?".
Carvajal busca desentrañar lo fatídico a través de la poesía: "¡Ah, la poesía y el crimen, disputándose a/ dentelladas la vibrante cuerda de la existencia!".


LO SECRETO
¿Y cuánto se ha dejado caer
entre las lozas y los tiestos?

Secreto te destinan los dioses parcos.

Pan de azafrán,
prestas aguas de aljibe,
la gracia entre los dientes

Cifras, registros, resguardos.
¿Quién sino aquel que busca su riesgo en el oráculo,
en el balbucean gemido y entre grietas,
puede agacharse tan abajo, detrás del matorral,
por una llave perdida, una moneda?

POR LA CAÑA AÚLLA EL VIENTO
¿Hubo otro universo así, tan a la mano? Un universo 
coagulado en un trozo de pan, en el tibio
mordisco dado en la fruta.

Aguas en remolino golpean las cuerdas.
Golpean con su señal sobre la madera vibrante
el huracán, la desdicha, el furor. Golpean las
otras brisas que llegan de muy adentro. Desde
las praderas y el páramo.

Traen sus ruidos la catarata, el desplome de los
troncos trabados en el dique de los castores, el
hermoso aullido de las salvajes bestias. Festín,
fortaleza, celo, dentellada, degüello. Dichoso
es el grito de la hembra en el lince, penetrada.
Inútil, fatídico el chillido del ratón entre las garras
del búho.

La noche: aroma de hierba, de cebo, de lecho.

Por la caña aúlla el viento. Golpea la lluvia sobre el
polvo. Golpean los dedos sobre la piel del timbal.
Bebo hasta la embriaguez este aire, esta miel.
Este cáliz.

NUDOS
Tomé cuanto estuvo a mano.
Ni temor ni temblor.

Al cabo de la empresa
puedo exclamar, maravillado:
corto los nudos gordianos,
no los desato.
Y el nudo se rehace.

¿De qué otra manera podría detener
este enloquecido remolino en que todo se mezcla?
Hay huecos negros, blancos, demasiado blancos.

Y aquí salto,
desde una silla,
Desde un balcón,
desde la cresta de la roca al filo de los Andes.

Tal vez reaparezca en un punto distante,
como si Gulliver, perseguido por sus enanos,
danzara en los espacios de una cinta de Moebius.

¿Dónde vuelve a resonar la música de la sílaba?
¿Dónde tintinea la campana? El arco tenso,

¿en qué recodo vibra?...

(De Inventando a Lennon, 1997)