miércoles, 10 de agosto de 2011

Ne me quitte pas (No me dejes)

Yo te ofreceré perlas de lluvia
llegadas del país donde no llueve
Jacques Brel


Bésame a cambio de cualquier afrenta
que se volvió en insomnio este deseo
tan febril, tan brutal, tan maniqueo.
Dame tus migas que mi muerte es lenta.

Mi corazón está atestado de hambre.
En este juego del amor ganaste,
cierra la llaga que una vez curaste
y cómete este, ya añejado, fiambre.

Aunque sea por una noche negra
con persianas cerradas, que la luna
no distinga propinas en tribuna,
mientras que este mortal ya se reintegra.

Te fantaseo como mil nodrizas
arrancándome mis humildes ropas,
pero estoy despojado, en estopas...
sin tus labios, cubierto por cenizas.

El espejo repite: «¿si te mueres?»
¡Clávame tu puñal de la apatía!
Cuando Dios algún día te hizo mía
teniendo arriba tantos menesteres:

comprobantes, facturas, mil castigos,
mientras yo, aquí, jugándome la vida
con mis besos prestados de guarida.
¡Contigo tuve todos los abrigos!

¿Cómo dormir si estás en cualquier sueño?,
¿cómo beber si ya jamás me sacio?
Tú eras mi fuente, tú eras mi palacio…
¿Cómo ver con los ojos del desdeño?

¿Cómo vivir sin ánima? Quizás
otros maldigan este amor bendito
y yo sólo te digo con un grito
de mis entrañas: ¡ne me quitte pas!


abeloski, 2011.