El 2 de septiembre, Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos, llegará a Quito para reunirse con el presidente Daniel Noboa. La fecha marca un punto de partida diplomático crucial, pues refleja no solo la intención de fortalecer la cooperación bilateral, sino también la necesidad de abordar de manera urgente los problemas que atraviesa Ecuador en materia de seguridad, narcotráfico, migración y economía. El encuentro no es casual: se da en un momento en el que el país se ha convertido en un nodo clave para los intereses de Washington en la región.
El primer gran tema sobre la mesa será el combate a los cárteles de narcotráfico. Ecuador, tradicionalmente visto como país de tránsito, hoy es protagonista de una crisis que rebasa sus fronteras. En 2024, las autoridades ecuatorianas incautaron un total de 294,61 toneladas de drogas, de las cuales 277 toneladas estaban destinadas al tráfico internacional, principalmente hacia Estados Unidos y Europa .
La principal producción ilícita que atraviesa Ecuador sigue siendo la cocaína. Aunque no se cultiva de manera significativa en territorio nacional, su vecino Colombia sigue siendo el mayor productor mundial, con unas 1.700 toneladas anuales según la ONU. El resultado es que miles de kilos llegan cada año a los puertos ecuatorianos. Guayaquil y Esmeraldas concentran gran parte del tráfico marítimo, con buques que transportan la droga oculta en contenedores comerciales. Al mismo tiempo, el país enfrenta un nuevo fenómeno: el paso del fentanilo.
El fentanilo es una droga sintética mucho más letal que la cocaína, producida en laboratorios clandestinos con precursores químicos provenientes de Asia. Aunque no existen cifras oficiales precisas sobre la producción o decomiso de fentanilo en Ecuador, el país ha sido identificado por autoridades estadounidenses como una zona de tránsito para esta droga hacia México y Estados Unidos . En 2024, la DEA incautó más de 36.940 libras (aproximadamente 16.750 kg) de fentanilo en operaciones dentro de Estados Unidos, aunque no se especifica cuánto de esta droga provino directamente de Ecuador .
El análisis no puede quedar solo en el lado operativo del narcotráfico. El fentanilo no requiere grandes plantaciones ni cadenas agrícolas. Con apenas un kilo de polvo se pueden elaborar hasta medio millón de dosis, lo que multiplica la rentabilidad del negocio y dificulta su control. En 2024, la DEA alertó de un aumento de cargamentos provenientes de Sudamérica, donde Ecuador es utilizado como escala para su transporte .
Otro eje del encuentro será la influencia de China en América Latina. Estados Unidos observa con preocupación cómo el gigante asiático ha aumentado su presencia en infraestructura, energía y financiamiento. En el caso ecuatoriano, la deuda con China supera los 4.000 millones de dólares, buena parte ligada a megaproyectos energéticos como Coca Codo Sinclair. Desde Washington, esa relación es vista como un riesgo estratégico, y Rubio buscará persuadir a Noboa de priorizar la cooperación con EE.UU. frente al peso económico de Pekín.
El tema migratorio también ocupará espacio en la conversación. Ecuador vive una crisis silenciosa: en 2024 más de 115.000 ecuatorianos fueron detenidos en la frontera sur de Estados Unidos, según la CBP, cifra récord para el país. Además, su territorio se ha convertido en corredor para migrantes de otras naciones como Venezuela, Haití y Senegal, que cruzan desde Colombia hacia Centroamérica. Esta migración irregular no solo refleja la desesperación social, sino que también genera tensiones diplomáticas que Rubio intentará encarar con acuerdos de control y retorno.
La dimensión económica será el cuarto pilar de la agenda. Estados Unidos sabe que la violencia y la inestabilidad tienen como trasfondo una economía debilitada, con un crecimiento apenas superior al 1% en 2024. El impulso al desarrollo será fundamental: inversión, comercio y generación de empleo son piezas que Washington puede ofrecer como contrapeso a la influencia china. Noboa, que todavía construye su liderazgo, necesita demostrar que de estas reuniones no solo nacen compromisos de seguridad, sino también oportunidades concretas para mejorar la vida de la población.
El encuentro Rubio–Noboa, en suma, será más que un gesto diplomático. Representa un cruce de caminos: Ecuador se encuentra atrapado entre la presión de los cárteles, la amenaza de nuevas drogas sintéticas, la influencia china y la ola migratoria. La visita del secretario de Estado norteamericano confirma que el país ha dejado de ser un actor periférico y ahora es pieza central en el tablero regional. Lo que se decida en Quito tendrá repercusiones más allá de las fronteras.
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