jueves, 12 de abril de 2012

César Moro

César Moro  nace el 19 de Agosto de 1903 en la ciudad de Lima. Viaja a Francia con la intención de estudiar ballet y presentar sus pinturas en París. Es recibido por su amiga de infancia Alina, esposa del compositor peruano Alfonso de Silva. Durante su estadía en Francia conoce a miembros del movimiento surrealista como Benjamín Péret, Paul Éluard y André Breton. Participa en algunas exposiciones y publica distintos poemas en diferentes revistas surrealistas de la época.


LA VIDA ESCANDALOSA DE CÉSAR MORO

Dispérsame en la lluvia o en la humareda de los torrentes que
          pasan
Al margen de la noche en que nos vemos tras el correr de nubes
Que se muestran a los ojos de los amantes que salen
De sus poderosos castillos de torres de sangre y de hielo
Teñir el hielo rasgar el salto de tardíos regresos

Mi amigo el Rey me acerca a su tumba real y real
Donde Wagner hace la guardia a la puerta con la fidelidad
Del can royendo el hueso de la gloria
Mientras lluvias intermitentes y divinamente funestas
Corroen el peinado de tranvía aéreo de los hipocampos relapsos
Y homicidas transitando la terraza sublime de las apariciones
En el bosque solemne carnívoro y bituminoso
Donde los raros paseantes se embriagan los ojos abiertos
Debajo de grandes catapultas y cabezas elefantinas de carneros
Suspendidos según el gusto de Babilonia o del Transtévere
El río que corona tu aparición terrestre saliendo de madre
Se precipita furioso como un rayo sobre los vestigios del día
Falaz hacinamiento de medallas de esponjas de arcabuces
Un toro de significativa alegría muerde el seno o cúpula
De un templo que emerge en la luz afrentosa del día en medio
de las ramas podridas y leves de la hecatombe forestal

Dispérsame el vuelo de los caballos migratorios
En el aluvión de escorias coronando el volcán longevo del día
En la visión aterradora que persigue al hombre al acercarse la
Hora entre todas pasmosa del mediodía
Cuando las bailarinas hirvientes están a punto de ser decapitadas
Y el hombre palidece en la sospecha pavorosa de la aparición de-
finitiva trayendo entre los dientes el oráculo legible como sigue:

Una navaja sobre un caldero atraviesa un cepillo de cerdas
          de dimensión ultrasensible; a la proximidad del día las cerdas se
          alargan hasta tocar el crepúsculo; cuando la noche se acerca las
          cerdas se transforman en una lechería de apariencia modesta y
          campesina.
Sobre la navaja vuela un halcón devorando un enigma en forma de
          condensación de vapor; a veces es un cesto colmado de ojos de
          animales y de cartas de amor llenas con una sola letra; otras veces
          un perro laborioso devora una cabaña iluminada por dentro. La
          oscuridad envolvente puede interpretarse como una ausencia de
          pensamiento provocada por la proximidad invisible de un estanque
          subterráneo habitado por tortugas de primera magnitud.

El viento se levanta sobre la tumba real
Luis II de Baviera despierta entre los escombros del mundo
Y sale a visitarme trayendo a través del bosque circundante
Un tigre moribundo
Los árboles vuelven a ser semillas y el bosque desaparece
Y se cubre de niebla rastrera
Miríadas de insectos ahora en libertad ensordecen el aire
Al paso de los dos más hermosos tigre del mundo..

De "La tortuga ecuestre" 1936-1939

BATALLA AL BORDE DE UNA CATARATA

Tener entre las manos largamente una sombra
De cara al sol
Tu recuerdo me persiga o me arrastre sin remedio
Sin salida sin freno sin refugio sin habla sin aire
El tiempo se transforma en casa de abandono
En cortes longitudinales de árboles donde tu imagen se disuelve en
                humo
El sabor más amargo que la historia del hombre conozca
El mortecino fulgor y la sombra
El abrir y cerrarse de puertas que conducen al dominio encantado de
                tu nombre
Donde todo perece
Un inmenso campo baldío de hierbas y de pedruscos interpretables
Una mano sobre una cabeza decapitada
Los pies
Tu frente
Tu espalda de diluvio
Tu vientre de aluvión un muslo de centellas
Una piedra que gira otra que se levanta y duerme en pie
Un caballo encantado un arbusto de piedra un lecho de piedra
Una boca de piedra y ese brillo que a veces me rodea
Para explicarme en letra muerta las prolongaciones misteriosas
               de tus manos que vuelven con el aspecto amenazante de un
               cuarto modesto con una cortina roja que se abre ante el infierno
Las sábanas el cielo de la noche
El sol el aire la lluvia el viento
Sólo el viento que trae tu nombre.

De "La tortuga ecuestre"

Palíndromos III


16. Átame más. ¿Irnos al Neuquén? La sonrisa me mata.

17. Abolir, oír, pasar, Eva. Verás a priori, ¡loba!

18. Orar le es apático, cita. ¡Pase el raro!

19. Luz azul.

20. Nace sidosa, cauta. Tú, acaso… ¿disecan?

miércoles, 11 de abril de 2012

Alma mía - Pedro Guerra


Bolero interpretado por Pedro Guerra y compuesto por María Grever, compositora mexicana con alrededor de 860 canciones, muchas de ellas para películas.


Alma mía sola, siempre sola,
sin que nadie comprenda tu sufrimiento,
tu horrible padecer;
fingiendo una existencia siempre llena
de dicha y de placer,
de dicha y de placer...

Si yo encontrara un alma como la mía,
cuántas cosas secretas le contaría,
un alma que al mirarme sin decir nada
me lo dijese todo con su mirada.

Un alma que embriagase con suave aliento,
que al besarme sintiera lo que yo siento,
y a veces me pregunto que pasaría
si yo encontrara un alma como la mía.

Cuántas cosas secretas le contaría,
un alma que al mirarme sin decir nada
me lo dijese todo con su mirada.

Un alma que embriagase con suave aliento,
que al besarme sintiera lo que yo siento,
a veces me pregunto que pasaría
si yo encontrara un alma como la mía.

martes, 10 de abril de 2012

Carlos Edmundo de Ory

Fue un poeta, ensayista, epigramista y traductor español, hijo del poeta modernista Eduardo de Ory, principal representante del postismo. De su obra se destacan títulos como «Técnica y llanto», «La flauta prohibida», «Los sonetos», «Lee sin temor», «Poesía abierta», «Metanoia», «Aerolitos» y «Música de lobo», selección de poemas de 1941 a 2001. Falleció en Amiens en noviembre de 2010.


AMO A UNA MUJER DE LARGA CABELLERA

Amo a una mujer de larga cabellera
como en un lago me hundo en su rostro suave
en su vientre mi frente boga con lentitud
palpo muerdo acaricio volúmenes sedosos
Registro cavidades me esponjo de su zumo
mujer pantano mío araña tenebrosa
laberinto infinito tambor palacio extraño
eres mi hermana única de olvido y abandono
tus pechos y tus nalgas de dobles montes gemelos
me brindan la blancura de paloma gigante
el amor que nos damos es de noche en la noche
en rotundas crudezas la cama nos reúne
se levantan columnas de olor y de respiros

Trituro masco sorbo me despeño
el deseo florece entre tumbas abiertas
tumbas de besos bocas o moluscos
estoy volando enfermo de venenos
reinando en tus membranas errante y enviciado
nada termina nada empieza todo es triunfo
de la ternura custodiada de silencio
El pensamiento ha huido de nosotros
Se juntan nuestras manos como piedras felices
Está la mente quieta como inmóvil palmípedo
las horas se derriten los minutos se agotan
no existe nada más que agonía y placer

Placer tu cara no habla sino que va a caballo
sobre un mundo de nubes en la cueva del ser
Somos mudos no estamos en la vida ridícula
Hemos llegado a ser terribles y divinos
Fabricantes secretos de miel en abundancia
Se oyen los gemidos de la carne incansable
En un instante oí la mitad de mi nombre
saliendo repentino e tus dientes unidos
En la luz puede ver la expresión de tu faz
que parecías otra mujer en aquel éxtasis

La oscuridad me pone furioso no te veo
No encuentro tu cabeza y no sé lo que toco
Cuatro manos se van con sus dueño dormidos
y lejos de ellas vagan también los cuatro pies
Ya no hay dueños no hay más que suspenso y vacío
El barco del placer encalla en alta mar
¿Dónde estás? ¿Dónde estoy? ¿Quién soy? ¿Quién eres?

Para siempre abandono este interrogatorio
Ebrio hechizado loco a las puertas del morbo
grandiosa la pasión espero el turno fálico

De nuevo en una habitación estamos juntos
Desnudos estupendos cómplices de la Muerte.


ODA A UNA EXTRAÑA MUCHACHA

No huyas bajo álamos caricia inmantenida
No asumas en el aire tu incendio engacelado
No olvides o no huyas del imán de mi cuerpo
Hay un país que baja de tu voz somniforme
Hay un brillo de espadas en tus ojos topacios.

No sabes que te quiero mucho
que dentro de mi imberbe corazón te has movido
rápida voz extraña de muchacha rapaz
Líquenes de esperanza navegan por tu manto
Has abierto una ropa con silueta de loto
No sabes que te adoro con inocentes señas.

Responde común luz o escúchame mujer
dentro de mis espejos de belleza y deseo
Te has dormido inaudita sobre mi espalda muda
dulce dulcísima cara de criatura
y de sutiles pasos navegante.

Te quiero pero no huyas
No quites el tiempo de tu rodilla
No te turbes en lecho de infinito relumbre
Habla debes venir a decirme en qué piensas

La mujer se evapora con los labios cerrados
La mujer cuando ama es un vuelo en un sueño
No dejes en mis manos el gamo de tu sombra
Ama como era antaño la fuente de tus penas.

lunes, 9 de abril de 2012

Marco Fonz de Tanya


Nació en la Ciudad de México, D.F. (1965). Cursó estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y en la Escuela de Escritores de la SOGEM. Ha impartido talleres de creación literaria en diversas ciudades de México y ha desempeñado labores editoriales y de promoción cultural en medios impresos y radiofónicos. Fue becario del Centro Chiapaneco de Escritores en 1994 y 1995. Residió en Barcelona, España, durante 1998, donde emprendió tareas de difusión y docencia en torno de la poesía. Su obra publicada comprende los volúmenes: Los animales mal llamados hombres (1992), Intermedio absurdo en una función de medianoche (1994), Del hominem amorfo (1994), Cantos siniestros a Chiapas (1994), El ojo lleno de dientes (1994) y Los buscadores de Shavana-Lamar (Premio Estatal de Poesía Rodulfo Figueroa/Biblioteca Popular de Chiapas, 2002).


FELICIDAD Y BRILLO
para Tanya de Fonz
para Siddhartha Fonzy
para Shaya Fonz
por nuestra juventud recuperada

Fui el joven pensante
en las esquinas bicéfalas
de las marquesinas luminosas
aliento de la pregunta
ceniciento asiento del mundo
mueca del anciano
levantado de vez en cuando por su tiempo

Ahí estaba yo bajo
el mismo techo que el asesino
junto al mismo gordo de siempre
que espera en las estaciones de buses
yo era el joven fumado por la luz
triste de no llegar contigo
flor y bastón de cenizapor la espera mi espera
de visionario dador de lunas
cuántas uñas en la tierra
roja de sentimiento
animal de límites
boca fuera de la lengua

Yo el joven con vergüenza
de suponer mío el mundo
azul claro conquistado
por mis imprecaciones
camino de los faros dentro del ataúd
dedo señalando el alivio
ahí era el aullido
ahí la canción del lagarto
y sigue sufriendo contigo
digo digo y desdigo:
LA GRAN SOLEDAD ES NUESTRA

Territorios de inocencia
ombligo del seco
del momia de la bella idiota
que eleva la maldición
después de un —Buenos días
Ahí el joven de nuestros celos
bello durmiente del mundo
sonríe y se eleva leve sobre
su propio sopor sopor duerme
Del sudor al amor hay un palillo
doble barquillo con espejos
viejos los otros
yo libre
dejo mi piel a los olvidos

Ahí la mañana verdadera muerte
respiración del animado
por ánimas de los suicidas
que viajan a través de las cobijas de los pobres

La mejilla izquierda se escurre
agua de los caños en los baños
de los cantantesgotera bajo sus ojos
sombrillas de la noche
el corazón sigue siendo un charco
y el bilé sonroja la punta de los vasos
Somos jóvenes y buenos muertos
espías del sacrificio
con un pie en las afueras del pueblo
y otro en la carne de ella
No sé no sé nunca supe
el por qué de mi sombra en las paredes
el cuál de mi alma entre los dientes
el por qué de los rayos de sol
como bucanero asalta locos
hermosos espumeantes hermanos
de la noche de la mentecardo de las maravillas
en un paseo de cuerdas adoloridas
de tambores quejosos
de espíritus pegados en los zapatos
jóvenes en espera de la muerte
sin más nada que el mejor orificio
en la pared Dolor de las princesas en las puertas
madres del saber sufrido
¿dónde están sus hijos?la gloria del segundo
después la velocidad de los anuncios
y otro tambor revienta su cuerolero de los oídos
risa del cínico dentro de un frascorisa en fila larga
la cara tan seria que se va junto al muro
nadie entonces en la calle
nadie entonces en los autobuses
Noto tu ausencia
los hombres vienen las nubes van
y no soy hijo de ninguno
Los buenos deseos caen
como un verano como un telón
y todos quitan su maquillaje
algo hay bajo la piel que no se entiende
otro espera en la esquina
bebemos de nuestras manos
el calor de no tener

Yo el joven que esperaen la calle donde los huesos
son pálidos sueños que respiran
plumas que levanta el alcohol
y nadie grita
¿por qué nadie grita? Cuelgan de mis emociones
murciélagos de gomales digo
he ganado muchas medallas
pero perdí mi brazo izquierdo y un padre
el cuerpo es el otro tumor
del que hay que desprenderse
Un pan el cantove cómo lo muerdo
ve con que desesperación lo como
la sal me pasan la lágrima por favor
un moco verde es mi otro yo
dejé a mi madre en casa
ya no puede masticar carne
como el poeta mastica marineros
desde esta esquina de juventud
lo vi escupir gaviotas
y otras cursilerías
que aplaudían con fe otros sedientos
hay de mí y de mis palabras de leche
en qué montaña de piel irán ha terminar
Terminar con los dolores propios de la especie
terminar con los ojos turbios de la especie
terminar con la soledad entre las uñas de la especie
terminar sin que se acabe la especie
No ver que los malditos viejos del calor mueran
ni siquiera ver y saborear esa pequeña confitería
Miedo hasta en las compras que tiene el mar
lamo entonces mis manos de tabaco viejo
algo hay de tu sabor
en la yema de mis labios
toco toco tu loca cabeza
hay alguien sentado
en medio de la bilis
amarilla libertad qué pálida estás hoy
alguien está buscando a tus hijos
negros como el cáncer
son los niños nuevos con sus cobijas nuevas
alguien ha tocado a tu puerta
nada qué escuchar
sólo un montón de sombras borrachas
junto a dolorosos obreros
y todos cantando por ellas
He dejado al joven continuar con su país
con su arena y su montaña
existe amor en una carnicería
de cabeza las cabezas de los cerdos
sonríen por dejarte su lugar
Dentro del globo dentro del aire del globo
dentro del niño del globo
ahí vamos otra vez a recordar
los sangrados maternos
nadie otra vez nadie que pueda darte con la pala
nadie quien pueda salvarte de ir muriendo de solo Yo el joven
plenitud de la superficie de la mesa
talco en los aleros de la silla
vágido de los muebles en la casa
nada falta para ir de atrás para adelante
lento lento veo por la esquinados realidades que vienen
con un ramo de flores para mí
Felicidad y Brillo
Yo el joven pensante
Felicidad y Brillo
Felicidad y Brillo