miércoles, 19 de junio de 2013

Joaquín Giannuzzi

De "Un arte callado", 2009.


LA PESTE

Estas calles y sus días se alargan con mucho sufrimiento
a total disposición del mal.
Por algún milagro que desconozco
por la ciudad camino todavía.
La época dispara su metralla hacia distintas direcciones
y toda cosa viva se ofrece como un blanco propicio a la peste.
Cómo se entiende esto, la intensidad
con que una mano se justifique
en el aniquilamiento de otra.
Sigo de pie, no destruido sino hecho a un lado,
apartado hasta que se agote la humanidad de mis ojos
y todas sus rotas convicciones.
Antes de caer baleado
–y todo el mundo ignorando en nombre de qué fue mi blanco elegido–
me pregunto si llegaré a tiempo
para morir sin asco ni locura.

MAGNIFICAT

Ven a mí gloria del mundo
y ocupe tu música en mi corazón
el sitio que Dios ha abandonado.
No me dejes a solas
con mi balbuceo terrestre
soplando pequeñas palabras
a través de las cuerdas insípidas
que sólo cuentan conmigo para perdurar.

APROXIMACIÓN A UNA ONTOLOGÍA

Pero qué es esta descomunal presencia, éste animal espejo,
esta masa pesada y sospechosa
donde el pequeño yo se pierde hasta volverse cero y ciego,
girando entre millones
que quieren comer y entender un poco como él.
Qué es este abundante tejido, esta cosa maciza, empecinada,
que el yo nervioso quiere penetrar como un taladro
para ver qué sucede, si hay alguna
explicación detrás, un lenguaje articulado,
alguna forma claramente organizada.
Qué es esta materia total, esta respiración obligatoria,
esta caliente apariencia iluminada, fisiológica,
que lo hace sospechoso entre millones
que tragan y sollozan como él,
estas tristes porciones de opacidad.
Pero qué es esto, qué es lo que todo esto está tratando de decir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario