Tu boca, cementerio de mis hijos,
anda noctámbula en mi desvarío.
La fulana —resuena algún jipío—
me susurra eufemismos sin cortijos.
me susurra eufemismos sin cortijos.
Tus uñas me tatúan dos letijos,
serás mi cárcel dentro del hastío
de un catre estriado por el amorío.
Entro sin descifrar tus acertijos.
Nos escupimos hieles esplendentes,
mientras tiemblan los ávidos torrentes,
encarnamos en fieras sin cordura,
ardiendo en el infierno de mancebos.
Todo quedo, las lunas duran evos,
las ventanas confirman: no hay factura.
abeloski, 2011.
abeloski, 2011.
"Tu boca, cementerio de mis hijos..."
ResponderEliminarGenial.
@tumamameodia
muy bueno Abel! te leo casi a diario!
ResponderEliminarGracias, mis amigos, por estar siempre ahí.
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