miércoles, 1 de febrero de 2012

Víctor Fernández-Fragoso

Nació en San Juan, Puerto Rico (1944-1982). Llegó a Nueva York en 1965. Cuidadoso artífice del discurrir de las palabras en la imagen, del fluir de las imágenes en la "palabra arrebatada del silencio", es la suya de las obras poéticas más auténticas e intensas de la generación del 70. 



24

huele al almizcle o verano
detenido en mí mismo
me distraigo paseando en el espejo
me converso
con toques de palabras repetidas
saco cuentas exactas
sobre el amor la duda la carrera el pan de todos
y mi corto lenguaje
de donde vengo se llega a muchas partes
especialmente al espejo en el fondo del mar
a las cabinas o los refrigeradores
paciencia hermano inmóvil
a veces vivir es dejar hacer al viento
recoger el movimiento de la mano extraviada
extenderse
cuando llego al silencia
toca al mundo a la puerta
que no me diga el árbol
la fisiología de su verdad
que no aúlle en la flauta de esta primavera
que estalla en nuestros ojos
ya le he preguntado
en el silencio místico del polen
y no encontré respuestas en el viento
enredado en la multitud de sus brazos diagonales
en el nido axilar de su desdicha
ya yo no hablo el dulce
lenguaje de los sauces
destrepado del árbol
cargando por el mundo las cabezas
me olvidé de la sábana
dulce y larga del mar aprisionado
que no me traiga el árbol la bandeja
pulida de su abrazo no la quiero
si estallan golondrinas en mi oído
que esperen por mi zapato en el bosque

10

nada que no sea imposible
que no tenga el color de los espacios
que no esté lleno de abismos
nada quiero que sea simple
sin párpados
porque la sencillez es casi una ecuación como la muerte
cuando se me resuelvan
las manos con alguna risa
dosdoblada al azar
pediré otro cuaderno
para sumar las deudas los asuntos las cartas
nada quiero que no sea tu columna
o una mancha
con la improbable mancha de tu sello

23

vuetas
sobre el eje inmóvil de tu ausencia
segunda persona interminable
que invadió mi palabra
y la esquina adormecida de todo lo planeado
vuelvo a la cama
me canso
sin "repetir los cuerpos en la mañana"
me desgasto
diciendo que daría cuaquier cosa porque me invadieras
una vez más remoto capitán
haciéndome explotar como el verano
que sale humedecido de un abril transparente
tarde tostada por la nueva luz
trigo repleto boca
poblada de semillas
me duele tu existencia
saber que tus sábanas son costas para nuevos naufragios
que estás presente en las huellas de mi mano zurda
en la savia de las cartas de enero febrero marzo abril
en la promesa del mayo que nunca tocó a la puerta del fondo
del mar
llegó mayo sin ti
mayo no es más que un mes si tú no estás conmigo
vuelvo
regreso a tu presencia desaparecida
para inventarte una vez más
hijo de mi palabra mío único

(De El Reino de la Espiga)

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